Discapacidad y las áreas rurales en Guatemala

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Discapacidad (Endis 2016), el 10.2 % de la población guatemalteca tiene algún tipo de discapacidad, es decir, cerca de 1.6 millones de personas.  La prevalencia de discapacidad fue mayor en la región central con 15.7 %, el noroccidente 14.9 %, el nororiente 6.1 %, el suroriente 5.4 % y el suroccidente con el 10.4 %.

Aunque el porcentaje de discapacidad en Guatemala es alto, no existen acciones concretas ni programas que garanticen la prevención y atención a este grupo poblacional.

 
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Hace algunos años tuve la oportunidad de trabajar como psicóloga en una aldea en Sumpango Sacatepéquez. En el centro atendía a niños y niñas que el gobierno quitaba a sus familias por abuso físico, emocional y/o sexual.  Como parte de los servicios del centro, también se atendía en consulta externa a personas de las aldeas y comunidades aledañas.

Durante el tiempo laborado en el centro, pude evidenciar la falta de información sobre la discapacidad y peor aún, la falta de atención y oportunidades que estas familias tienen.

Recuerdo un caso específico, el caso de un niño de 12 años con autismo nivel 3.  Recuerdo tanto este caso por la severidad del mismo y el estado con el que el niño llegó al centro.

El niño provenía de una familia de una aldea de Chimaltenango, de muy pocos recursos económicos.  Los padres no tenían escolaridad y eran de edad bastante avanzada. En la entrevista, la madre refería que pensaban que su hijo estaba “loco”, y por eso era agresivo y gritaba todo el tiempo.  Me contó que como no podían controlarlo, el niño vivía encerrado en una habitación, donde comía, dormía, jugaba y hacía sus necesidades.  ¡Todo en un mismo espacio!  Un día el niño salió de la habitación y caminó descalzo sobre carbón encendido.  La sorpresa de los padres fue que el niño no presentó síntomas de dolor, pero sus pies estaban completamente quemados. Lo llevaron al centro de salud, en donde lo atendieron y los doctores se percataron de que el niño tenía autismo. Los padres no entendieron qué era lo que su hijo tenía y los doctores no podían ayudarlos, por lo que fueron referidos al centro, en donde pudimos explicar el diagnóstico y empezar un plan de tratamiento para su hijo.

El trastorno del espectro autista se caracteriza por presentar dificultades en la comunicación y la interacción social y por un repertorio de intereses y actividades restringido y repetitivo, en su mayoría presentan desorden de integración sensorial.

“El nivel de funcionamiento intelectual es muy variable entre las personas con TEA, pudiendo ir desde un deterioro profundo hasta la existencia de habilidades cognitivas no verbales superiores. Se estima que alrededor del 50 % de las personas con TEA también padecen alguna discapacidad intelectual.”

Lo verdaderamente alarmante es que la vida de este niño hubiera sido muy diferente si los padres hubiesen tenido un diagnóstico temprano.  Esto hubiera permitido que el niño tuviera las herramientas necesarias para poder llevar una vida digna.  Pero así como él, hay mil historias más, de niños y niñas que no tienen un diagnóstico, y los que tienen un diagnóstico, en su mayoría no cuentan con los recursos económicos para poder pagar por sus terapias y tratamientos.

Es importante prestar especial atención a este grupo poblacional, que vive en exclusión y vulnerabilidad. Sus derechos son violentados en todos los aspectos: salud, educación, recreación, entre otros.

En el estudio “Discapacidad y Pobreza en la Guatemala Rural: Intersecciones Conceptuales, Culturales y Sociales” se refiere que el vínculo entre pobreza y discapacidad es crítico, argumentando que la discapacidad continúa existiendo en las periferias del desarrollo y de las políticas nacionales.  Se estimó que menos del 5 % de asistencia internacional para el desarrollo se destina para la discapacidad.

Es necesario tomar las acciones necesarias para que las personas con discapacidad, y más aún, las que se encuentran en situación de pobreza, tengan acceso a información, educación y trabajo, pero sobre todo, garantizarles su derecho a tener una vida digna.

 

Por María Inés Elgueta, Psicóloga

22 de octubre de 2019, Guatemala

 

Fuentes:

  • Consejo Nacional Para la Atención de las Personas con Discapacidad (CONADI), el Instituto Nacional de Estadística (INE), CBM y UNICEF; II Encuesta Nacional de Discapacidad (ENDIS 2016).

  • Organización Mundial de la Salud

  • Grech, S. (2016) Discapacidad y Pobreza en la Guatemala Rural: Intersecciones Conceptuales, Culturales y Sociales. Londres: London School of Hygiene and Tropical Medicine.

 

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